VATICANO - Carta enviada por el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al Rev. Don Julián Carron y a los Amigos de Comunión y Liberación con ocasión de la muerte de Mons. Giussani

martes, 22 febrero 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Publicamos la carta que el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha enviado esta mañana al Rev. Don Julián Carron y a los Amigos de Comunión y Liberación.

Reverendo y querido Don Julián y Amigos de Comunión y Liberación:
Esta mañana me ha llegado la triste noticia de la muerte de Mons. Luigi Giussani, Fundador del Movimiento eclesial Comunión y Liberación. Sincero y espontáneo, ha salido de mi corazón un canto de alabanza: "Doy gracias al Señor de todo corazón, en el consejo de los justos y en la asamblea" [Sal 111,1].
En la Fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro Apóstol - esa Cátedra que él amó y sirvió de todo corazón - concluye la aventura humana de Don Luigi, que "vuelve a la Casa" a contemplar esa Presencia que él buscó con intensa tenacidad, después de un itinerario espiritual y humano intenso.
La verdad se reconoce en la Belleza en que se refleja y se manifiesta. Este fue el método misionero y educativo seguido por Mons. Luigi Giussani. Hablar de la belleza del acontecimiento cristiano, y hacer que esta sea inmediatamente reconocida, sólo es posible a los que logran comunicar la experiencia de Fe, arraigada y presente en el día a día de la vida. No se puede ser misionero sin vivir en primera persona la Belleza que se quiere comunicar. Y Don Luigi comunicó con la palabra y con la vida el acontecimiento cristiano. Sus palabras no eran vacías e incoloras. Estaban llenas de autenticidad, siendo fiel y coherente a lo que decía a los muchos jóvenes que le siguieron. Don Luigi fue "Padre” de la Palabra viva porque era "discípulo fiel" del Verbo eterno. Pero será también para nosotros como un icono de fidelidad a la Iglesia y al Papa, consciente de que no puede haber verdadera evangelización sin una verdadera y eficaz obediencia al Vicario de Cristo. Y no sólo la existencia de Don Luigi se caracterizó por una completa fidelidad al Papa, sino que también quiso que el Movimiento eclesial, nacido por voluntad de Dios gracias a su persona, se desarrollase en la dimensión petrina, que es la auténtica eclesiología de comunión. Querido P. Julián y Amigos de Comunión y Liberación, Mons. Giussani, que os bendice ahora desde el Cielo a toda la Iglesia, os acompañe, con una eficacia aún mayor, a todos Vosotros, junto a los millares de personas a los que ha llegado en estos años, en todo el mundo, su palabra y su enseñanza.
Cuantas personas han acudido a la fuente del Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios, gracias a Vosotros, y a tantas otras personas ligadas al Movimiento de Comunión y Liberación, enviadas por Don Giussani por todo el mundo para salir al encuentro de quienes todavía no conocen a Cristo. Cuántos nuevos misioneros ligados a Comunión y Liberación, tanto laicos como consagrados, han fecundado con su presencia las tierras en todas las latitudes del mundo.
Sea hoy un día de acción de gracias. Queremos decir "gracias" también a Maria Santísima, "de esperanza fuente viva", por el don extraordinario de Don Luigi. Amad la Iglesia y amaréis a Don Luigi. Amad a Don Luigi y amaréis la Iglesia. Os bendigo a todos con especial afecto, devoto
Crescenzio Card. Sepe, Prefecto
(Agencia Fides 22/2/2005)


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