VATICANO - EL PAPA A LA FUNDACIÓN “CENTESIMUS ANNUS - PRO PONTIFICE”: LOS DRAMÁTICOS ACONTECIMIENTOS QUE AFLIGEN AL MUNDO CONTEMPORÁNEO Y LAS DEPLORABLES CONDICIONES DE SUBDESARROLLO REBELAN LA PERMANENTE ACTUALIDAD DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

lunes, 7 julio 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Con ocasión del décimo aniversario de su institución, el Santo Padre, Juan Pablo II, ha enviado un Mensaje a la Fundación “Centesimus Annus – Pro Pontifice” que tiene como objetivo promover y difundir el conocimiento y la práctica de la doctrina social de la Iglesia además de apoyar las intervenciones de caridad del Papa.
“Los diez años transcurridos han visto consolidarse la Fundación, el desarrollo de iniciativas de estudio y formación, la articulación de grupos de adheridos en Italia y el inicio, rico en perspectivas, de presencias ligadas con otros países” escribe el Santo Padre en su Mensaje, alegrándose por esta intensa actividad y animando a los miembros a proseguir en esta dirección teniendo presentes tres consideraciones fundamentales:
a) La permanente actualidad de la doctrina social de la Iglesia. “Los dramáticos acontecimientos que afligen al mundo contemporáneo y las deplorables condiciones de subdesarrollo en la que se encuentran todavía muchos países, con las terribles consecuencias para sus habitantes, para sus frágiles instituciones, para el mismo ambiente natural, nos hablan de la necesidad de partir de una justa perspectiva: la verdad del hombre tal como es descubierta por la razón y confirmada por el Evangelio de Jesucristo que proclama y promueve la verdadera dignidad y el nacimiento de la vocación social de la persona”.
b) La responsabilidad propia de los cristianos laicos. “Tal responsabilidad encuentra precisamente en la doctrina social de la Iglesia un punto de referencia necesario y fecundo. El Concilio habla de “tareas, luz y energías que puedan servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina” (Gaudium et spes, 42). Esta tarea es propia y peculiar de los fieles laicos, llamados a iluminar con la luz que viene del Evangelio las múltiples realidades sociales y con la fuerza infundida por Cristo, a comprometerse para “humanizar” el mundo. Es una responsabilidad realmente grande que debe ser vivida por los cristianos laicos no como un deber limitante sino como una pasión generosa y creativa”.
c) La conciencia de que sólo hombres nuevos podrán hacer nuevas todas las cosas. “No se puede pedir a la economía, a la política, a las instituciones sociales lo que no pueden dar. Toda verdadera novedad nace del corazón, de una conciencia rescatada, iluminada y capacitada por la verdadera libertad que viene del encuentro vivo con Aquel que ha dicho: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6) y “Sin Mi no podéis hacer nada” (Jn 15,5). El compromiso social de los laicos cristianos sólo podrá alimentarse y ser coherente, tenaz y valeroso a partir de una profunda espiritualidad, esto es, de una vida de intima unión con Jesús que lo haga capaz de expresar las grandes virtudes teologales – fe, esperanza, caridad – por medio del servicio de la difícil responsabilidad de edificar una sociedad menos alejada del gran diseño providente de Dios”. (S.L.) (Agencia Fides 7/7/2003 Líneas: 42 Palabras: 526)


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