VATICANO - El Papa en la solemnidad de la Inmaculada Concepción: "A Ti, Virgen Inmaculada, predestinada por Dios sobre toda criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, renuevo hoy de modo especial la confianza de toda la Iglesia"

jueves, 9 diciembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - " A Ti, Virgen Inmaculada, predestinada por Dios sobre toda criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, renuevo hoy de modo especial la confianza de toda la Iglesia. Sé Tú quien guíe a sus hijos en la peregrinación de la fe, haciéndolos cada vez más obedientes y fieles a la Palabra de Dios. Sé Tú quien acompañe a cada cristiano en el camino de la conversión y la santidad, en la lucha contra el pecado y en la búsqueda de la verdadera belleza, que es siempre huella y reflejo de la Belleza divina. Sé Tú, quien nos obtenga paz y salvación para todas las gentes. Que el eterno Padre, que Te ha querido Madre Inmaculada del Redentor, renueve también en nuestro tiempo, por tu mediación, los prodigios de su amor misericordioso".
Con estas palabras el Santo Padre Juan Pablo II renovó ayer, 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen Maria y 150° aniversario de la definición dogmática, el acto de confianza a Maria durante la Concelebración Eucarística con el Colegio Cardenalicio en la Basílica Vaticana.
"¡Qué grande es el misterio de la Inmaculada Concepción que la actual Liturgia nos presenta! Misterio que no deja de atraer la contemplación de los creyentes e inspira la reflexión de los teólogos" dijo el Papa en la homilía. "La predestinación de Maria como la de de cada uno de nosotros, es relativa a la predestinación del Hijo.... En previsión de la muerte salvífica de Él, Maria, su Madre, fue preservada del pecado original y de todo otro pecado. En la victoria del nuevo Adán está también la de la nueva Eva, madre de los redimidos. La Inmaculada es así signo de esperanza por todos los vivientes."
Contemplando a "la humilde muchacha de Nazaret santa e inmaculada en la presencia de Dios en la caridad", Juan Pablo II ha subrayado: "El 'sí' de la Virgen al anuncio del ángel se sitúa en lo concreto de nuestra condición terrena, en humilde obsequio a la voluntad divina de salvar la humanidad no desde la historia, sino en la historia. Efectivamente, preservada inmune de toda mancha de pecado original, la 'nueva Eva' se ha beneficiado de modo singular de la obra de Cristo cuál perfecto Mediador y Redentor. Redimida en primer lugar por su Hijo, partícipe en plenitud de su santidad, Ella es ya lo que toda la Iglesia desea y espera ser. Es el icono escatológico de la Iglesia. Por ello, la Inmaculada, que señala "el inicio de la Iglesia, esposa de Cristo sin mancha ni arruga, resplandeciente de belleza" (Prefacio), precede siempre al Pueblo de Dios, en la peregrinación de la fe hacia el Reino de los cielos! ". (S.L) (Agencia Fides 9/12/2004 - Líneas:34 Palabras: 501)


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