VATICANO - El Papa al Consejo post-sinodal de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos para la Asamblea Especial de Asia: "La Iglesia quiere contribuir a la causa de la paz en Asia, dónde diversos conflictos y el terrorismo provocan la pérdida de muchas vidas humanas"

viernes, 19 noviembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El hecho de que la Iglesia en Asia sea un "pequeño rebaño" no debe llevar al desaliento, porque la eficacia de la evangelización no depende de los números.... El mismo Jesús enseña que lo que es pequeño y escondido a los ojos de los hombres, gracias a la intervención omnipotente de Dios, puede conseguir resultados inesperados. La fe en la Divina Providencia debe por tanto animar constantemente la acción misionera de la Iglesia en Asia, Continente de la esperanza." Ha afirmado esta mañana el Santo Padre Juan Pablo II al recibir en audiencia a los participantes en la VIII Reunión del Consejo post-sinodal de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos para la asamblea Especial de Asia.
El Papa ha recordado lo adaptado que es para Asia la referencia bíblica elegida como tema del Sínodo: "para que tengan la vida y lo tengan en abundancia" (Jn10,10). "El alto porcentaje de jóvenes, que se registra en el Continente - ha continuado Juan Pablo II -, representa un motivo de optimismo, para el futuro y un desafío para el presente: motivo de optimismo porque las nuevas generaciones, cargadas de promesas, están disponibles a dedicarse totalmente a una causa; un desafío, porque los sueños no realizados pueden engendrar desilusión y los que los cultivan podrían ser fácilmente instrumentalizados por promotores de ideologías extremas. Además, la Iglesia quiere contribuir a la causa de la paz en Asia, dónde diversos conflictos y el terrorismo provocan la pérdida de muchas vidas humanas. Durante la Asamblea Especial, los Padres sinodales han mirado con aprensión Tierra Santa, "corazón" del cristianismo y tan querida para todos los hijos de Abraham. Por desgracia, en estos años, los focos de guerra se han ido extendiéndose y es por tanto urgente construir la paz, empresa nada fácil que espera la aportación de todos los hombres de buena voluntad."
"Para anunciar en profundidad el Evangelio en Asia es necesario que todos los creyentes en Cristo se compenetren todos los aspecto de la vida con su fe, imitando a los santos y mártires asiáticos, que dieron a la fe católica el extremo testimonio de la sangre. Especialmente dónde sufren y no son liberas para profesar su fe, hace falta proclamar el Reino de Dios con un "silencioso testimonio de vida" (n. 23) llevando la cruz y siguiendo las huellas de Cristo doliente y crucificado, en la espera paciente de que llegue el día en el que habrá plena libertad religiosa". El Papa ha subrayado también la necesidad del diálogo, que "constituye un itinerario que debe recorrerse con paciencia y ánimo respecto a las otras comunidades cristianas. A pesar de los obstáculos, debe progresar, si la Iglesia quiere permanecer fiel al mandato que le confió Cristo de predicar el Evangelio en su integridad a todas las naciones".
El Santo Padre ha concluido su discurso animando a los cristianos de Asia a continuar “siguiendo fielmente Cristo”, difundiendo con todo empeño "el don de su paz y de su amor". (S.L) (Agencia Fides 19/11/2004 - Líneas: 38 Palabras: 547)


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