VATICANO - El Papa por el XL aniversario de la promulgación del Decreto Conciliar "Unitatis Redintegratio": "El compromiso por el restablecimiento de la plena y visible comunión entre todos los bautizados... concierne a cada cristiano, a cada diócesis y parroquia, a cada comunidad en la Iglesia"

lunes, 15 noviembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El empeño por el restablecimiento de la plena y visible comunión entre todos los bautizados no se aplica solo a algunos expertos en ecumenismo; concierne a cada cristiano, a cada diócesis y parroquia, a cada comunidad en la Iglesia. Todos están llamados a asumir este empeño y nadie puede sustraerse de hacer suya la oración de Jesús, para que todos sean una sola cosa. Todos están llamados a rezar y a obrar por la unidad de los discípulos de Cristo." Afirmó el Santo Padre Juan Pablo II durante la Celebración de las Primeras Vísperas que presidió en la Basílica Vaticana el sábado 13 de noviembre, con ocasión del XL aniversario de la promulgación del Decreto Conciliar "Unitatis Redintegratio."
"Esta vía ecuménica es hoy más necesaria que nunca, frente a un mundo que crece hacia su unificación, y la Iglesia debe recoger los nuevos desafíos para su misión evangelizadora afirmó el Santo Padre -. La actividad ecuménica y la actividad misionera están pues relacionadas y son las dos vías por medio de las cuales la Iglesia realiza su misión en el mundo y expresa concretamente su catolicidad". El Papa también afirmó que en nuestra época crece "un erróneo humanismo sin Dios" mientras numerosos conflictos ensangrientan el mundo. "Nuestra época advierte una profunda nostalgia por la paz. La Iglesia, signo creíble e instrumento de la paz de Cristo, no puede dejar de comprometerse en superar las divisiones de los cristianos y hacerse así cada vez más testigo de la paz que Cristo ofrece al mundo."
A pesar de los encuentros ecuménicos a todos los niveles, los diálogos teológicos y el redescubrimiento de los comunes testigos de la fe hayan profundizado y enriquecido la comunión con los otros cristianos, no hemos alcanzado todavía la meta de nuestro camino ecuménico" evidenció el Papa. "A veces permanecen no solo malentendidos y prejuicios, sino también deplorables perezas y estrecheces de corazón, y sobre todo diferencias en materia de fe, que se concentran sobre todo en torno al tema de la Iglesia, de su naturaleza y sus ministerios". En todo caso, todo eso “no debe llevar a la resignación, antes bien, por el contrario, debe servir de estímulo para continuar y perseverar en la oración y en el compromiso por la unidad".
Por lo que respecta "al futuro ecuménico", el Papa subrayó ante todo la necesidad de "reforzar los fundamentos de la actividad ecuménica, es decir, la fe común en todo lo que se expresa en la profesión bautismal, en el Credo apostólico y en el Credo Niceno-Constantinopolitano". De esta fe debe desarrollarse luego "el concepto y la espiritualidad de comunión", que en síntesis "significa compartir juntos el camino hacia la unidad en la íntegra profesión de fe, en los sacramentos y en el ministerio eclesiástico"
El Papa concluyó su discurso subrayando que "no hay ecumenismo verdadero sin conversión interior y purificación de la memoria, sin santidad de vida en conformidad con el Evangelio, y sobre todo, sin una intensa y asidua oración que haga eco de la oración de Jesús." (S.L) (Agencia Fides 15/11/2004; Líneas: 39 Palabras: 556)


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