OCEANIA/ISLAS SALOMON - “¡NO PERDAMOS LA ULTIMA OCASION PARA SALVAR A LA NACION!: UN SOS. AL PUEBLO Y AL PARLAMENTO DE LAS ISLAS SALOMON QUE HAN PASADO EN POCOS AÑOS DE LA PROSPERIDAD A LA DIFUSION DE LA ILEGALIDAD

lunes, 23 junio 2003

Honiara (Agencia Fides) – Ha sido lanzado un llamamiento al pueblo y a las autoridades de las Islas Salomón, un país en la mordaza de la criminalidad y obligado a pedir ayuda a la vecina Australia para restaurar la situación de legalidad. Según un laico católico comprometido , el doctor John Roughan, esta es la ultima oportunidad para las Islas Salomón de enderezar la situación.
John Roughan es muy activo en la sociedad y en la Iglesia. Es Consejero del SIDT-Salomon Islands Trust Development- un instituto que realiza varias actividades (alfabetización, promoción de la mujer, servicio médico, sensibilización sobre los deberes del gobierno...) que se desarrollan a todos los niveles incluso en los poblados. El Dr. Roughan ha estado también en la Education Secretary para la Archidiócesis de Honiara y ha publicado numerosos artículos en periódicos y diarios. En su último artículo “¡Salomon’s last chance!, publicado por el Salomón Star, afirma que “en vez de prepararnos para una gran celebración por el 25º Aniversario de la Independencia al inicio del próximo mes, estamos en espera con una extraña mezcla de esperanza y miedo”.
Este pequeño país del Océano Pacífico, protectorado británico desde 1890 e independiente en 1978, está yendo hacia atrás y no precisamente a causa de una gran calamidad, epidemia o desastre natural como puede ser un terremoto o un ciclón, escribe Roughan, sino por “el egoísmo, el robo, el homicidio, la tortura y el odio”. “Para reconstruir la nación, no basta con que los culpables del robo, homicidio y destrucción dejen de cometerlo y cambien de vida, sino que algunos de ellos deben pagar por el crimen cometido”.
Roughan recuerda que en el momento de la independencia, la nación tenia ante si un futuro halagüeño: la deuda externa era pequeña o nada, no había ninguna rivalidad tribal, ninguna guerra de particular intensidad, una instrucción pública floreciente, un servicio médico que llegaba hasta los pueblos, la juventud encontraba trabajo fácilmente. Pero no ha durado mucho. Entre 1987 y 1997 una mala gestión de los recursos asignaba grandes cantidades de dinero a unos pocos mientras el resto de la población sufría y hoy la nación se encuentra asediada por la ilegalidad.
“Los próximos años serán la última oportunidad para evitar la caída completa” señala Roughan, el cual, aún admitiendo que el objetivo es enorme, afirma sin embargo, tener confianza porque “el número de personas de buena voluntad es enorme”. “Los australianos y neozelandeses están llegando para echar una mano – concluye el artículo -. Pero somos nosotros los que debemos trabajar. Los parlamentarios están avisados: ¡no perdamos esta ocasión!”. (P.S.) (Agencia Fides 23/6/2003 Líneas: 37 Palabras: 481)


Compartir: