ÁFRICA/BENÍN - “En Benín siempre ha prevalecido el diálogo y la tolerancia entre las religiones, pero en los últimos años se notan infiltraciones extremistas” dice a la Agencia Fides Mons. Victor Agbanou, Obispo de Lokossa, quien destaca el gran fervor religioso de los católicos

miércoles, 8 septiembre 2004

Roma (Agenzia Fides)- “Benín ha vivido siempre la tolerancia y el diálogo entre las religiones, pero en los últimos años se han notado señales preocupantes que hacen pensar en una infiltación del integralismo religioso”. Así Mons. Victor Agbanou, Obispo de Lokossa, describe a la Agencia Fides la situación religiosa de su país. Mons. Agbanou está en Roma para participar en el Seminario de estudios promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y dirigido a los Obispos recién nombrados. “Para nosotros Obispos, provenientes de continentes tan distintos - afirma Mons. Agbanou -, el Seminario es un acontecimiento importante que nos permite familiarizar con las instituciones de la Iglesia y compartir experiencias diferentes. De esta manera se da un enriquecimiento mutuo entre Pastores de la Iglesia universal”.
Hablando de la situación religiosa de Benín, el Obispo explica: “La mayoría de la población del país, un 60%, sigue las religiones tradicionales africanas, un 25% es representado por los católicos y un 15% por musulmanes. En los últimos años se ha notado un fortalecimiento de la presencia de diferentes sectas religiosas. La presencia de un gran número de animistas ha creado un terreno bastante favorable a la obra de evangelización, y, en efecto, recientemente la Iglesia católica ha obtenido importantes progresos. En mi Diócesis de Lokossa, por ejemplo, se nota un fervor religioso importante. El 90% de los fieles asiste a la Misa dominical, y brinda también un importante apoyo material a las obras de la Iglesia local, tanto que la Diócesis está en condición de financiar por sí sola la mayoría de sus actividades”.
Por lo que se remiere al dialogo interreligioso, Mons. Agbanou nota que el Islam local es tolerante y nunca ha tenido problemas de relación con el mundo católico, sin embargo “en los últimos 5-6 años se han infiltrado en Benín organizaciones islámicas extranjeras, que financian escuelas coránicas y obras sociales, pero llevan una visión integrista del Islam. Se están constatando cambios en las costumbres de las personas. En el norte de Benín, por ejemplo, han aparecido las primeras mujeres con velo, que hasta hace poco no se veían”.
En el caso de las sectas el Obispo de Lokossa afirma que “se trata de un fenómeno inicialmente importado de los países vecinos, pero ahora algunas sectas son originarias de Benín. La fuerza de atractivo de estas organizaciones religiosas se debe al hecho de que proponen una moral bastante relajada y prometen soluciones inmediatas a problemas concretos, como enfermedades y desocupación. Atraen entonces a personas con dificultades a través de fáciles promesas”.
Una de las llagas de África occidental es el tráfico de seres humanos, y sobre todo de niños, que se utilizan como verdaderos esclavos en las plantaciones o en las casas de personas acomodadas. Es un fenómeno que afecta desde cerca Benín, uno de los países más pobres de África. “La Iglesia católica ha sido la primera institución del país que denunció estos tráficos y a poner en guardia a la población” dice Mons. Agbanou. “Varias familias pobres en efecto confían a sus hijos a familias acomodadas con la esperanza de darles un futuro mejor. Sin embargo, muy a menudo, desafortunadamente, estos niños se obligan a realizar trabajos pesados o incluso se venden a organizaciones de traficantes de seres humanos. También gracias a nuestros esfuerzos, las autoridades ahora vigilan más para contrarrestar este fenómeno criminal”. (L.M.) (Agenzia Fides 8/9/2004 - líneas 38, palabras 521).


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