VATICANO - El Papa recuerda los pequeños indefensos de Beslan y todos los niños inocentes víctimas de la violencia de los adultos: “Es un fuerte grito de dolor de la infancia ofendida en su dignidad”. En la oración por la justicia y la paz en el mundo el recuerdo también por las dos voluntarias secuestradas ayer en Irak

miércoles, 8 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Hoy, en la fiesta litúrgica de la Natividad de la Beata Virgen "Maria", durante la audiencia general que se ha realizado en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Santo Padre Juan Pablo II ha vuelto a reclamar a todos al deber de tutelar y defender la infancia, construyendo para los niños de todo el mundo un futuro de paz.
“Contemplando a Maria Niña, como no pensar en los tantos pequeños indefensos de Beslan, en Osetia, víctimas de un bárbaro secuestro y trágicamente masacrados"? se ha preguntado el Papa, recordando que ellos se encontraban dentro de una escuela, “lugar en el cual se aprenden los valores que da sentido a la historia, a la cultura y a la civilización de los pueblos”, mientras precisamente entre aquellas paredes han experimentado “el ultraje, el odio y la muerte, funestas consecuencias de un cruel fanatismo y un loco desprecio de la persona humana.”
"La mirada, en este momento, se extiende a todos los niños inocentes que, en todos los lugares de la tierra, son víctimas de la violencia de los adultos - el Papa ha continuado -. Niños obligados a empuñar las armas y educados a odiar y matar; niños inducidos a limosnear en las calles, explotados para fáciles ganancias; niños maltratados y humillados de la prepotencia y de los abusos de los adultos; niños abandonados a si mismos, privados del calor de la familia y una perspectiva de futuro; niños que se mueren de hambre, niños asesinados en los muchos conflictos en las diversas regiones del mundo."
“El fuerte grito de dolor de la infancia ofendida en su dignidad” no debe dejar indiferente a ninguno, ha dicho el Pontífice: “tomemos conciencia renovada del deber que todos tenemos de tutelar y defender estas frágiles criaturas y de construir para ellos un futuro de paz. Oremos juntos para que sean creadas para ellos las condiciones de una existencia serena y segura.”
Al discurso del Papa ha seguido la oración de los fieles por la justicia, por la paz y la solidaridad en el mundo. En particular se ha rogado por los niños de Beslan, por sus padres, parientes y amigos; por los heridos, por las familias de las víctimas y por todos los miembros de la comunidad de Beslan; por todos los niños que, en muchos partes de la tierra, sufren y mueren a causa de la violencia y los abusos de los adultos; por las muchas personas secuestradas en la atormentada tierra del Irak y, en particular, por las dos jóvenes voluntarias italianas, secuestradas ayer en Bagdad; por la justicia y la paz en el mundo. (S.L) (Agencia Fides 8/9/2004 - Líneas 27; Palabras 396)


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