VATICANO - En la Solemnidad del Smo. Cuerpo y Sangre de Cristo el Papa subraya la "estrecha relación entre "hacer la Eucaristía" y anunciar a Cristo. Entrar en comunión con Él en el memorial de la Pascua significa, al mismo tiempo, convertirse en misioneros del acontecimiento que este rito actualiza". - Convocado "el Año de la Eucaristía" que se abrirá en octubre con el Congreso Eucarístico Mundial.

viernes, 11 junio 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Hay una estrecha relación entre "hacer la Eucaristía" y anunciar a Cristo. Entrar en comunión con Él en el memorial de la Pascua significa, al mismo tiempo, convertirse en misioneros del acontecimiento que este rito actualiza; en cierto sentido, significa hacerlo contemporáneo a toda época, hasta que el Señor vuelva." Afirmó el Santo Padre, Juan Pablo II, durante la homilía pronunciada con ocasión de la Solemnidad del Smo. Cuerpo y Sangre de Cristo, el jueves 10 de junio. El Papa presidió la Santa Misa ante la Patriarcal Basílica de San Juan de Letrán, a la que siguió la Procesión Eucarística hasta la Basílica de Santa Maria La Mayor. En la solemnidad del Corpus Christi “la Iglesia no sólo celebra la eucaristía, sino que la lleva solemnemente en procesión, anunciando públicamente que el Sacrificio de Cristo es para la salvación del mundo entero" dijo el Papa.
Durante la homilía, el Papa ha anunciado la convocatoria de un “Año especial de la Eucaristía” que comenzará con el Congreso Eucarístico Mundial, previsto del 10 al 17 de octubre del 2004 a Guadalajara (México), y acabará con la próxima Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se tendrá en el Vaticano del 2 al 29 de octubre del 2005, cuyo tema será "La Eucaristía fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia."
Retomando la página evangélica proclamada durante la Misa (Lc 9,13) Juan Pablo II subrayó que "Cristo, ‘pan vivo bajado del cielo’, es el único que puede saciar el hambre del hombre en todo tiempo y todo lugar. Pero El no quiere hacerlo solo, y así, como en la multiplicación de los panes, implica a los discípulos.... Esta señal prodigiosa es figura del más grande misterio de amor que se renueva todos los días en la Misa: a través de los ministros ordenados, Cristo dona su Cuerpo y su Sangre por la vida de la humanidad. Y cuantos dignamente se alimentan a su Mesa, se convierten en instrumentos vivos de su presencia de amor, de misericordia y de paz."
Por último el Papa invitó a mirar a Maria, para comprender mejor la fuerza transformante de la Eucaristía: "Poniéndonos a su escucha, encontraremos en el misterio eucarístico la fuerza y el vigor para seguir a Cristo Buen Pastor y para servirlo en los hermanos." (S.L) (Agencia Fides 11/6/2004 - Líneas: 31 Palabras: 457)


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