AFRICA/R.D. CONGO - LA GUERRA DE LOS COBARDES: ¡VIOLENCIA SOBRE LA MUJER! PUBLICAMOS INTEGRO UN E-MAIL QUE HA LLEGADO DEL CONGO

martes, 10 junio 2003

Roma (Agencia Fides) - Ha llegado a la Agencia Fides un conmovedor testimonio de coraje y fidelidad al Evangelio de una joven congolesa que resistió, a precio de la vida, a un intento de violación por parte de guerrilleros del Rassemblement Congolais pour la Democratie (RCD-Goma). El texto ha sido escrito por el P. Mario Sciammana, Misionero Javeriano que conoció personalmente a la joven y ha sido enviado a Fides por parte de la asociación “Paz para el Congo”, una asociación católica que desde hace años se ocupa de mantener viva la atención sobre todo lo que ocurre en el país africano.

“Adjuntamos la historia de Pascasia... Es un de tantas victimas de los militares congoleses.
Parece que ahora se está convirtiendo en un deporte para los militares e incluso hacen competiciones a ver quien viola a más jóvenes. Imaginad el trauma para las jóvenes cuando ven o sienten el olor de los militares...”

Una saludo fraterno
Paz para el Congo

PASCASIA MUNGUHASHIRE, MARTIR DE LA VIRGINIDAD
La joven congolesa Pascasia Munguhashire nació en la zona de Ngweshw en 1985.Su padre se llama Claudio Muranhanyi y su madre Venanzia M Centwali. Pascasia es la cuarta en una familia de muchos niños. Fue bautizada en Mugogo; también en Mugogo hizo su primera Comunión y recibió la Confirmación. El año pasado (2002-2003) comenzó a frecuentar la escuela de alfabetización en la Escuela de la Anunciación Cohetti dirigida por las Religiosas Doroteas de Cemmo. Este año frecuentaba secundaria. Como las otras alumnas de la escuela, Pascasia recibió la catequesis como preparación a la Pascua y en esta preparación había visto una película sobre la vida de Jesús. El 4 de abril, Pascasia junto a sus compañeras estuvo en un retiro espiritual en el que recibió la Confesión y la Comunión. Después del Retiro espiritual, volviendo a casa (sus padres se habían trasladado a Bukavu a causa de la guerra) expresó su deseo de volver a Mugogo, su pueblo natal, para hacer una visita a su tía que estaba en el pueblo. Pascasia debía haber viajado con su hermana Bora y su hermano mayor. Pascasia dijo a su hermana Bora: Tu no vayas a Mugogo porque corres peligro de ser violada por los soldados. Bora le responde: También tu eres una joven como yo; ¿no puedes tu también ser violada? Pascasia responde: “Estoy en paz con todos: estoy segura que no seré violada”.
Así Pascasia y su hermano mayor se encaminaron hacia Mugogo. Llegados a Ciriri se encontraron en medio de los enfrentamientos. Se vieron obligados a huir y se pierden de vista. Pascasia llega sola a Mugogo: la gente ha huido a la selva y tan solo unos pocos habitantes habían comenzado a retornar al pueblo. Pascasia se encuentra con cuatro de sus amigas que la acompañan a su casa. Aquí encuentra sólo un poco de harina de mandioca y nada mas. Dice entonces a sus compañeras: “Voy a buscar un poco de hierba (lengalenga) para preparar algo de comer a mi hermano y a los que llegarán dentro de poco”.
Los soldados del Rassemblement Congolais pour la Democratie (RCD) estaban dando una vuelta por todo el pueblo y viendo pasar a Pascasia intentaron cogerla. La joven huyó y entró en casa, fue seguida por los soldados. Los militares cogieron a Pascasia con la intención de violarla delante de sus compañeras. Pascasia resistió con todas sus fuerzas. Entonces los soldados para intimidarla la hirieron en las manos con un cuchillo por dos veces. Pascasia permaneció firme en su decisión y dijo: “Matadme pero yo no cederé”. Los soldados enfurecidos y humillados de tanta valentía decidieron vengarse. Uno de ellos disparó al pecho de Pascasia con dos balas.
Las otras 4 amigas fueron violadas, no defendiéndose ante tanta violencia. A pesar de la herida, Pascasia continuó preparando la lengalenga, como si no hubiese sucedido nada. La sangre comenzó a correr del pecho por todo el cuerpo. Cuando llegó otra hermana suya, vio las condiciones de Pascasia y preguntó que había sucedido. Pascasia le responde: “Mira como me han dejado porque me he resistido”.
Pascasia siente que aumenta el dolor, entonces pide el Rosario para rezar y dice a su hermana: “Pide perdón por mi a papá, porque he venido aquí sin su permiso. Pide perdón por mi a todos aquellos a los que he ofendido. Que me perdonen. Yo perdono a todos los que me han ofendido. Tengo conmigo el vestido de una amiga que tenia una deuda de de 100 francos congoleses”. Pacasia continuo rezando pero no pudo terminar: la hermana muerte llegó antes. Era el 18 de abril del 2003. Tenia apenas 18 años.
Recordamos muy bien hermana Pascasia, tus bellas cualidades: eras obediente, generosa. Recordamos bien el consejo que dabas a tus hermanas y hermanos: “ No ser un estorbo para nadie”. En la escuela eras un ejemplo para las otras jóvenes; no te gustaba la confusión ni llegar tarde: amabas una bonita canción: “Mi vida se la he dado a Jesús para que la conserve, ¿y tu, a quién se las ha dado?”
Hermana Pascasia, tus ojos azules nos hablan del Cielo. Has defendido tu virginidad hasta el martirio porque tu vida se la habías regalado a Jesús. Hermana Pascasia, flor perfumada del Congo ensangrentado por al guerra: hoy has sido transplantada al cielo. Reza para que en Mugogo y en todo el mundo surjan las flores de la paz.

P. Mario Sciamanna.


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