OCEANIA/NUEVA ZELANDA - "Justicia y equidad en la relación entre maori y poblaciones de origen europeo": intervención de Mons. Peter Cullinane, presidente de la Conferencia Episcopal, a la Agencia Fides

martes, 11 mayo 2004

Wellington (Agencia Fides) - "Los maori necesitan saber que las garantías acordadas en el Tratado de Wataingi son todavía válidas. Y los pakeha (los maori, de origen europeo, ndr) deben poder decir que, al final de la jornada han actuado con honor": afirma en una reflexión enviada a la Agencia Fides, Su Exc. Mons. Peter Cullinare, Obispo de Palmerston North, Presidente de la Conferencia Episcopal de nueva Zelanda, comentando las recientes manifestaciones de los indígenas maori que han tenido lugar hace algunos días en el país y que culminaron en la capital, Wellington.
En las pasadas dos semanas, cerca de 10.000 maori han recorrido casi mil km para protestar contra el diseño de ley que regula los derechos territoriales sobre las playas y zonas costeras del país. La primera versión de la normativa que busca nacionalizar las regiones costeras impidiendo el derecho de usufructo a los maoríes, fue aprobada hoy en el Parlamento. Según una investigación más de la mitad de los neozelandeses consideran que la medida tendrá como resultado el exacerbar las tensiones entre las poblaciones maoríes y no- maoríes.
La nueva ley podría poner seriamente en peligro el derecho de los maoríes a la pesca y la recogida de frutos del mar, pero también el derecho al ejercicio de la propia religión en lugares situados cerca de las costas.
Los maori insisten en el mantenimiento del Tratado de Waitangi estipulado en 1840 con la Corona Inglesa que daba a la población indígena "la plena y exclusiva propiedad de tierra, bosques y fondos de pesca".
Los cerca de 530.000 maori presentes en Nueva Zelanda, constituyen el 12,5% de la población neozelandesa y constituyen la población más pobre del país.
En el texto enviado a la Agencia Fides Mons. Peter Cullinare, afirma que "la cuestión no es la de ofrecer un trato especial a los maori, sobre la base de la raza, sino en base a la realidad histórica: este país era tierra de los maori desde hace mucho tiempo antes de que llegasen los europeos". El Obispo insiste sobre "las obligaciones morales" que tiene el gobierno con respecto a la población maori y es propenso hacia una "plena integración de los maori pero en el respeto de su identidad, que no significa homologación o asimilación".
El Obispo desea que, en la relación con los maori y pakhea, la solución este marcada por criterios de justicia y equidad y que el país pueda poner en acto políticas para el desarrollo y el crecimiento cultural y económico de la población indígena.
(PA) (Agencia Fides 11/5/2004 Líneas: 34 palabras: 450)


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