VATICANO - El Papa proclama 6 nuevos Beatos: también nosotros nos dirigimos a Maria con su misma confianza “implorando que la familia humana pueda encontrar el camino de la justicia y la paz”

lunes, 26 abril 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Como los apóstoles, también nosotros quedamos sorprendidos ante la riqueza de las maravillas que Dios realiza en el corazón de quienes confían en Él. En el transcurso de esta celebración eucarística contemplamos lo que él ha hecho en seis nuevos Beatos”.En el III domingo de Pascua, 25 de abril, el Santo Padre Juan Pablo II presidió en el Sagrado de la Basílica Vaticana la Celebración Eucarística en la que proclamó Beatos a seis Siervos de Dios: un sacerdote, cuatro religiosas y una laica. Los nuevos Beatos son: Augusto Czartoryski, (1858-1893), sacerdote de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco; Laura Montoya (1874-1949), fundadora de la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena; María Guadalupe García Zavala (1878-1963), cofundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres; Nemesia Valle (1847-1916), religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de santa Giovanna Antida Thouret; Eusebia Paolomino Yenes (1899-1935), religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Alexandrina Maria da Costa (1904-1955), laica, de la Unión de los Cooperadores Salesianos.
En la homilía el Santo Padre delineo los rasgos espirituales de los nuevos Beatos. Augusto Czartoryski, joven príncipe, por medio de la oración y los consejos de sus guías espirituales, comprendió su vocación a emprender una vida pobre para servir a los más pequeños. Dirigiéndose en particular a los jóvenes, el Papa dijo: “aprended del beato Augusto a pedir ardientemente en la oración la luz del Espíritu Santo y guías sabios para que podáis conocer el plan divino de vuestra vida y seáis capaces de caminar siempre en el camino de la santidad”.
La colombiana Madre Laura Montoya, viendo como tanto indígenas no conocían todavía a Dios, fundó la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, para llevar la luz del Evangelio a los indios. “Sus tiempos no fueron fáciles, pues las tensiones sociales ensangrentaban también entonces su noble patria... le pedimos hoy que la amada Colombia goce pronto de paz, de justicia y de progreso integral”.
La Beata Guadalupe García Zavala, mexicana, renunció al matrimonio para dedicarse al servicio de los más pobres y enfermos. Con este fin fundó la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres. Fe profunda, esperanza sin límites y un gran amor a Cristo marcaron su existencia, durante la cual puso en practica el lema que dejó a sus hijas espirituales: “Caridad hasta el sacrificio y constancia hasta la muerte”.
“Manifestar el amor de Dios a los pequeños, a los pobres, a todo ser humano, en todas las partes de la tierra»: este fue el compromiso de la beata Nemesia Valle, de las Religiosas de la Caridad de Santa Giovanna Antida Thouret: “Es el ejemplo de una santidad luminosa, orientada hacia las elevadas cumbres de la perfección evangélica, que se traduce en los sencillos gestos de la vida cotidiana entregada totalmente por Dios”.
También la salesiana Sor Eusebia palomino respondió a la llamada del Señor con una vida marcada por “una intensa espiritualidad y una profunda humildad”. Animada por el amor a la Eucaristía y por la Virgen “para ella lo importante era amar y servir, el resto no contaba”.
La vida de la Beata Alejandrina Maria da Costa puede ser resumida en la trilogía “sufrir, amar, reparar”. Abrasada en el amor a Dios, revive místicamente la Pasión del Señor y se ofrece como víctima por los pecadores, recibiendo la fuerza de la Eucaristía que se convierte en el único alimento de sus últimos trece años de vida.
Al termino de la Santa Misa, antes de rezar el Regina Cæli Juan Pablo II dirigió un particular saludo a los peregrinos venidos de los diversos países para rendir homenaje a los nuevos Beatos e invitó a la oración mariana: “Cada uno de los nuevos Beatos ha nutrido una filial y profunda devoción a Maria Santísima. También nosotros nos dirigimos a Maria con su misma confianza “implorando que la familia humana pueda encontrar el camino de la justicia y la paz”. (SL) (Agencia Fides 26/4/2004 Líneas: 50 Palabras: 712)


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