AMERICA/GUATEMALA - Entregadas oficialmente a la Iglesia Guatemalteca las conclusiones del CAM 2 para que se actúen en la pastoral ordinaria: la misión debe convertirse en el eje transversal de los planes pastorales diocesanos y parroquiales

viernes, 2 abril 2004

Ciudad de Guatemala (Agencia Fides) - Mons.. Julio Cabrera Ovalle, Obispo de Jalapa y Presidente de la Comisión de Misiones de la conferencia Episcopal Guatemalteca (CEG), junto con Mons. Gerardo Flores, Obispo emérito de Verapaz, han entregado oficialmente las conclusiones del Segundo Congreso Misionero Americano (CAM 2) a los delgados de todas las diócesis guatemaltecas y a los representantes de los diversos movimientos, grupos e instituciones que tomaron parte en el evento misionero más importante del 2003. Ahora la Iglesia en Guatemala deberá trabajar para hacer efectivas las conclusiones a las que ha llegado el Congreso, incluyéndolas dentro de la dinámica eclesial de cada Iglesia particular.
La ceremonia, que ha tenido lugar hace unos días, recordó la intensas jornadas del CAM 2 y estuvo presidida por Mons. Julio Cabrera Ovalle, que fue también Presidente del Comité Central organizador del CAM 2. El hermano Santiago Otero, Secretario Adjunto de la CEG, resumió las conclusiones mientras que el P. Juan María Piu, miembro del Comité Central encargado de la organización del CAM 2 reveló los desafíos que, a la luz de las conclusiones, deberá asumir la Iglesia hoy. En este contexto, se subrayo el valioso y generoso compromiso de la Iglesia en Guatemala por el éxito del Segundo Congreso Misionero Americano, definido por el Papa Juan Pablo II en su Mensaje como un verdadero Cenáculo Misionero Continental.
Los aspectos más importantes de las Conclusiones a los que dar una atención prioritaria son los siguientes: formación misionera integral de todos los trabajadores pastorales y de modo especial, de cuantos trabajan en las comunicaciones sociales, para que hagan un uso mejor de los medios de comunicación, orientándolos a ser un valioso instrumento para el anuncio del Evangelio de la vida y no un instrumento de manipulación: la misión deberá convertirse en el eje transversal de los planes pastorales diocesanos y parroquiales; se debe dar prioridad a la pastoral social en el ámbito de la familia y de la movilidad humana (migración); se debe favorecer una mayor conciencia critica ante la globalización.
Además la Iglesia particular del Continente americano está llamada a asumir su misión profética de anuncio de la Buena Nueva, debe valorizar todavía mas el testimonio de los mártires y asumir el proceso de inculturación: la parroquia debe convertirse en un lugar privilegiado de encuentro con el Resucitado, por tanto, deber ser una parroquia misionera. El documento conclusivo del CAM 2 revela que la evangelización se ha consolidado en el continente y la misión “ad gentes” comienza a ser una fuerza incisiva. Sin embargo, se recuerda, que la separación entre fe y vida obstaculiza la evangelización y abre la puerta a condiciones de vida deshumanas en las que viven la mayoría de los pobres. Los puntos nodales para un futuro lleno de esperanza de la Iglesia en América son la opción por los pobres, la religiosidad popular y la inculturación del Evangelio. Los desafíos que deben vencerse vienen de la globalización, de las migraciones humanas, de los grupos fundamentalistas y de los nuevos movimientos religiosos. Se subrayó además la urgencia de promover una “globalización de la solidaridad” partiendo de la pequeñez, de la pobreza y del martirio. (RZ) (Agencia Fides 2/4/2004 Líneas: 41 palabras: 558)


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