AMERICA/MEXICO - Materialismo, violencia, permisivismo, entre las principales amenazas para la familia. Denuncia del Card. Martino en la clausura del III Congreso Mundial de las Familias

jueves, 1 abril 2004

Ciudad de México (Agencia Fides) - “La familia es la clave para el futuro de la humanidad: todo pueblo que aspira a reforzar el propio espíritu y asegurarse un futuro más humano, solidario y justo, debe pasar sin duda por el refuerzo de la familia como institución fundamental de la humanidad”. Ha afirmado el Presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el Card. Renato Martino, en su intervención de ayer, 31 de marzo, en la conclusión del III Congreso Mundial de las Familias en la Ciudad de México. Las citas precedentes fueron en 1997 en la República Checa y en 1999 en Suiza. El objetivo de fondo del gran encuentro, que ha reunido a cerca de 3500 miembros de organizaciones sociales de unos 50 países y ha recibido un Mensaje de aliento del Santo Padre, ha sido el de crear un espacio intercultural e interreligioso de encuentro, reflexión, dialogo y propuesta para construir juntos un mundo idóneo a la familia.
Según el Card. Martino, hoy “debemos dirigir nuestros mayores esfuerzos, nuestras mejores ideas, afinar nuestra imaginación y nuestra creatividad para hacer más eficaz la acción de reforzamiento de la familia” que es “el primer agente de socialización, la primera e insustituible escuela para aprender a amar y respetar la propia vida y la de otros, a construir relaciones fraternas y solidarias”. Por ello, “es en el seno de la familia donde se combaten principalmente esas formas de anticultura, que contradicen la vocación inscrita en el corazón de todos los seres humanos a la vida plena, a la fraternidad, a la solidaridad”. En particular el Presidente de Justicia y Paz ha denunciado como una grave amenaza a la familia la cultura materialista que pone las cosas por encima de las personas, la cultura dela violencia, que considera esta ultima como la única vía para producir una sociedad más justa, y la cultura del permisivismo que pone en crisis las reglas sexuales, las relaciones interpersonales en la familia y las relaciones de autoridad.
“Hoy - concluyo el purpurado - es imposible no abrir nuestras sociedades a la globalización para compartir todo lo que hace progresar a la humanidad pero es necesario educar al discernimiento para defender la riqueza de toda cultura y evitar cuanto puede poner en peligro tal riqueza. Un pueblo que pierde su identidad cultural se convierte en terreno privilegiado para practicas deshumanas y poner en peligro el propio futuro”. (SL) (Agencia Fides 1/4/2004 Líneas: 30 Palabras: 423)


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