VATICANO - El Papa en la audiencia general: “Cristo es el Cordero inmolado y resucitado, el gran intérprete y el señor de la historia, que revela la trama escondida de la acción divina que se desarrolla en ella”.

miércoles, 31 marzo 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Durante la catequesis en la audiencia general de hoy, el Santo Padre Juan Pablo II, invitó a los peregrinos a fijar la mirada en la figura del Cordero Pascual, el Cordero de Dios. En su discurso, el Papa retomó el ciclo de catequesis sobre la Liturgia de Vísperas, comentando el Cántico “Himno de los Salvados” -Vísperas del Martes de la I Semana (Ap. 4,11;5,12). En este Cántico “se describe una gloriosa y grandiosa escena celestial. En el centro, se eleva un trono sobre el que está sentado el mismo Dios... A continuación, en ese trono, se sienta un Cordero, símbolo de Cristo resucitado: se habla, de hecho, de un «Cordero, como degollado», «de pie», vivo y glorioso”.
El Santo Padre prosiguió su catequesis explicando como en torno a estas dos figuras divinas se despliega el coro de la corte celestial, representada por «cuatro vivientes» y «veinticuatro ancianos». “Esta asamblea del Pueblo de Dios entona un himno al Señor, exaltando «la gloria, el honor y el poder», que se han manifestado en la creación del universo” . En este momento se introduce un símbolo de particular importancia, un libro cerrado con siete sellos. “Ese libro contiene toda la serie de decretos divinos que hay que actuar en la historia humana para que reine la justicia perfecta. Si el libro se queda sellado, no se pueden conocer ni aplicar estos decretos, y la maldad seguirá extendiéndose y oprimiendo a los creyentes. Se constata así la necesidad de una intervención autorizada: la realizará el Cordero inmolado y resucitado. Él será capaz «de tomar el libro y abrir sus sellos». Cristo es el gran intérprete y el señor de la historia, que revela la trama escondida de la acción divina que se desarrolla en ella”.
El himno indica después cual es la base del poder de Cristo en la historia: “no es otro que su misterio pascual”. “Cristo se ha «inmolado» y con su sangre ha «rescatado» a toda la humanidad del poder del mal... Su redención no sólo tiene la función de rescatarnos del nuestro mal cometido en el pasado, de sanar las heridas y de levantarnos de nuestras miserias. Cristo nos da un nuevo ser interior, nos hace sacerdotes y reyes, partícipes en su misma dignidad”. Por último se afirma que “el pueblo de Dios redimido se compone de reyes y sacerdotes que deben guiar y santificar a toda la creación. Esta consagración tiene su origen en la Pascua de Cristo y se realiza en el bautismo, de donde deriva un llamamiento a la Iglesia para que tome conciencia de su dignidad y de su misión”. (SL) (Agencia Fides 31/3/2004 Líneas: 31 Palabras: 476)


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