VATICANO - Catequesis y Comunicación: una reflexión del profesor Pighin sobre la integración del mensaje cristiano en la nueva cultura del tercer milenio.

miércoles, 25 febrero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Publicamos una contribución del profesor Claudio Pighin, Director del Centro de Comunicaciones Sociales de la Pontificia Universidad Urbaniana, sobre uno de los temas de mayor actualidad: Catequesis y comunicación.

La misión esencial de la Iglesia en todos los tiempos es la de guiar a la humanidad hacia el misterio salvífico de Cristo. Desde la época de la primera cristiandad, es ayudada en esta delicada y compleja operación por la catequesis, “ella está íntimamente ligada a toda la vida de la Iglesia. No son solamente la extensión geográfica y el aumento numérico, sino también y más todavía su crecimiento interior y su correspondencia al designio divino” (Juan Pablo II, exhortación Apostólica: Catechesi Tradentae en el Catecismo de la Iglesia Católica 1992, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano p.18).
Cristo es el Salvador de todos, Aquel que indica quién es Dios y conduce a Dios. La Iglesia es “columna y sostén de la Verdad” (I Tim 3, 15). En esta Iglesia la catequesis tiene un íntimo vínculo con la pastoral de la comunicación social. Las dos: Catequesis y Pastoral de la Comunicación Social cooperan en el compromiso de la plena realización del cristiano.
La forma de comunicación que va bajo el título de comunicación digital, ha introducido un capítulo, decisivamente revolucionario, en la historia humana. Sobre todo la comunicación vía Internet está provocando un cambio radical en la convivencia de los pueblos, lo cual puede considerarse como un cambio radical a nivel antropológico, el cual nos pone frente al problema de la nueva cultura del tercer milenio.
En la encíclica “Redemptoris missio” el Papa llamaba la atención, ya en el año 1991, sobre la urgente necesidad de integrar el mensaje cristiano en esta nueva cultura en el tercer milenio (Juan Pablo II, Redemptoris missio n. 37).
Es un problema arduo, continuaba el Pontífice, porque esta cultura nace antes que de los contenidos, del hecho mismo de que existen nuevos modos de comunicar, con nuevos lenguajes, nuevas técnicas y nuevos comportamientos psicológicos. Este inédito contexto de vida es el mayor desafío que la Iglesia de hoy debe afrontar. La estrategia de la evangelización movilizada por la actual coyuntura y por tanto estimulada a intervenir a través de una catequesis integrada por una actualizada pastoral de la comunicación cuya acción es guiada por la sabia máxima del “ver, juzgar y actuar” (Episcopado francés en la década de los 60).
Se trata de un compromiso articulado que debe analizar la pesada crisis denunciada no como disolución y dispersión, sino más bien como paso, aunque sea fatigoso, hacia una renovada vitalidad cristiana en la cual el hombre es destinado a realizarse como hermano de su semejante e hijo de Dios.
Hoy es necesario poseer este fecundo conocimiento del cambio no tanto a nivel intelectual como en el concreto plano de lo vivido.
Es cierto que conseguir esta actitud positiva no es muy fácil, si consideramos las presiones emergentes de una filosofía demasiado frecuentemente metafísicamente desguarnecida, por una sociología de discutibles orientamientos, por una tecnología imperiosamente penetrante. En este cuadro de relativismo religioso y moral tan difundido es necesario promover la afirmación de un mensaje cristiano que en pocas palabras se puede sintetizar así: la fe en Dios y en su Amor, la autoridad al servicio de los demás, el rito central que es la Misa donde el Verbo se realiza haciéndose comunión. Claudio Pighin. (Agencia Fides 25/2/2004; Líneas: 46 ; Palabras: 586)


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