VATICANO - MENSAJE DEL PAPA PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES - “LOS MEDIOS EN LA FAMILIA: UN RIESGO Y UNA RIQUEZA”

sábado, 24 enero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El tema elegido para la Jornada Mundial de las comunicaciones Sociales 2004 – “Los medios en la familia: un riesgo y una riqueza” – invita a una reflexión sobre el uso que la familia hace de los medios de comunicación y del modo como los medios de comunicación presentan a la familia. “El tema de este año sirve, además, para recordar a todos, tanto a los agentes de la comunicación como a las personas a las que se dirigen, que toda comunicación tiene una dimensión moral” Afirma el Santo Padre Juan Pablo II en su Mensaje, publicado hoy 24 de enero, fiesta de San Francisco desales, Patrón delos periodistas.
Son ya muchas las familias de todo el mundo que pueden acceder desde su casa a los inmensos y variados recursos de los medios de comunicación social, gozando de oportunidades prácticamente ilimitadas de información, educación, enriquecimiento cultural y crecimiento espiritual. “Con todo, estos mismos medios de comunicación tienen la capacidad de producir gran daño a las familias, presentándoles una visión inadecuada o incluso deformada de la vida, de la familia, de la religión y de la moralidad... La comunicación, en todas sus formas, debe inspirarse siempre en el criterio ético del respeto a la verdad y a la dignidad de la persona humana”.
Centrándose en particular en el modo como tratan a la familia los medios de comunicación, el Santo Padre señala como “por una parte, el matrimonio y la vida familiar se presentan a menudo de un modo sensible, realista pero también benévolo, que exalta virtudes como el amor, la fidelidad, el perdón y la entrega generosa a los demás”. Pero por otra parte, con bastante frecuencia “la infidelidad, la vida sexual fuera del matrimonio y la ausencia de una visión moral y espiritual del pacto matrimonial se presentan de modo acrítico, y a veces, al mismo tiempo, apoyan el divorcio, la anticoncepción, el aborto y la homosexualidad”.
En la segunda parte del Mensaje, el Papa hace un llamamiento a la responsabilidad de los trabajadores de los medios de comunicación social, las autoridades públicas y los padres sobre la dimensión ética de las comunicaciones sociales: “Las autoridades públicas tienen el grave deber de apoyar el matrimonio y la familia en beneficio de la sociedad misma... Sin recurrir a la censura, es necesario que las autoridades públicas pongan en práctica políticas y procedimientos de reglamentación para asegurar que los medios de comunicación social no actúen contra el bien de la familia”. Los que elaboran las políticas en los medios de comunicación y en el sector público deben favorecer también una distribución equitativa de los recursos de los medios de comunicación tanto a nivel nacional como internacional, respetando la integridad de las culturas tradicionales. “Los medios de comunicación no deben dar la impresión de que tienen un programa hostil a los sanos valores familiares de las culturas tradicionales, o de que buscan sustituir esos valores, como parte de un proceso de globalización, con los valores secularizados de la sociedad consumista”.
Dirigiéndose después a los padres, Juan Pablo II, recuerda que primeros y principales educadores de sus hijos, son también los primeros en explicarles cómo usar los medios de comunicación. Están llamados a formar a sus hijos «en el uso moderado, crítico, vigilante y prudente de tales medios» en el hogar (Familiaris consortio, 76). Los padres también deben reglamentar el uso de los medios de comunicación en el hogar, limitando estrictamente el tiempo que los niños les dedican, dejando espacio a otras actividades familiares. “Sobre todo, los padres deben dar buen ejemplo a los niños, haciendo un uso ponderado y selectivo de dichos medios”.
Por último el Papa señala el inmenso potencial positivo de los medios de comunicación “para promover sanos valores humanos y familiares, contribuyendo así a la renovación de la sociedad” y anima tanto a los agentes de la comunicación como a las familias “a reconocer este privilegio único, así como la responsabilidad que implica”. (SL) (Agencia Fides 21/1/2004 Líneas: 48 Palabras: 679)


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