VATICANO - LA IGLESIA PUEDE HACER MUCHO PARA DAR UN ROSTRO HUMANO A LA GLOBALIZACIÓN: AFIRMA EL PRESIDENTE DE JUSTICIA Y PAZ, CARDENAL RENATO R. MARTINO, EN SU INTERVENCIÓN EN EL CONVENIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE LEÓN XIII

viernes, 5 diciembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – La urgencia de dar un sentido a la globalización para superar sus múltiples ambigüedades y para mejorar su función al servicio del hombre y de todos los hombres es la llamada lanzada por el presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el Cardenal Renato R. Martino, en su intervención con el discurso sobre: “El magisterio de la Iglesia en la globalización” en la jornada central del Convenio Internacional de estudios sobre León XII en el centenario de su muerte, inaugurado ayer en el Palacio Altieri en Roma, por el Cardenal Secretario de Estado, Agnelo Sodano y que concluirá mañana.
Según el Cardenal Martino, la Iglesia puede hacer mucho al respecto, porque trabaja por unir a la humanidad, poniendo en el centro al hombre, imagen de Dios y dotado de una dignidad trascendente. La Iglesia además lleva adelante el concepto de globalización como intercambio, esto es, valorizando las diferencias pero en un cuadro unitario y de colaboración. Compartir de hecho quiere decir ser diversos, pero a partir de una unidad de fondo y tendiendo a una unidad de fondo. Por ello, la Iglesia ha estado siempre en primera línea en el apoyo de las identidades culturales y nacionales de los pueblos, sin absolutizarlas jamás, sino mas bien poniéndolas en relación con una identidad más amplia como es la pertenencia al género humano.
La Iglesia además, como no se cansa nunca de repetir Juan Pablo II, señala con fuerza la urgencia de globalizar la solidaridad encontrando convergencias progresivas hacia un “código ético común”. “Con ello no se pretende – precisa el cardenal Martino citando al Papa – un único sistema socio-económico dominante o una única cultura que empobrecería los calores y criterios a la ética. Es en el hombre, en la humanidad universal salida de las manos de Dios, donde se deben buscar las normas de la vida social. Esta investigación es indispensable para que la globalización no se convierta simplemente en otro nombre de la relativización absoluta de los valores y de la homogenización de los estilos de vida y las culturas”.
“la Iglesia – concluyó el presidente de Justicia y Paz - acompaña a la humanidad en el descubrimiento del rostro humano de la globalización. La acompaña de modo que sea capaz de descubrir cada vez mas detrás del problema de los organismos genéticamente modificados, el rostro de los campesino africanos; detrás de los elencos de cifras sobre un monitor, a los sufren las consecuencias de las economías en vías de desarrollo; detrás de los satélites y cables de fibra óptica, a tantos jóvenes que en los países pobres podrían aprender formarse con las nuevas tecnologías; detrás de los sofisticados diagramas de la nueva economía, a las empresas como comunidades de personas y detrás de la flexibilidad del trabajo a las familias de los trabajadores. Esta es la perspectiva cristiana de la globalización”. (SL) (Agencia Fides 5/12/2003 Líneas: 39 palabras: 513)


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