VATICANO - EL PAPA EN LA AUDIENCIA GENERAL: EL CANTO GOZOSO Y TRIUNFAL QUE ACABAMOS DE PROCLAMAR, EVOCA EL ÉXODO DE ISRAEL DE LA OPRESIÓN DE LOS EGIPCIOS SE CONVIERTE PARA EL CRISTIANISMO EN IMAGEN DE OTRA LIBERACIÓN MÁS RADICAL Y UNIVERSAL

miércoles, 3 diciembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Audiencia General de esta mañana, miércoles 3 de diciembre, ha tenido lugar en el Aula Pablo VI donde el Santo Padre se ha reunido con los peregrinos y fieles que han llegado hasta Italia desde todos los lugares del mundo. En el discurso en lengua italiana, continuando con el ciclo de catequesis sobre la Liturgia de las Vísperas, el Papa ha comentado el Salmo 113 A: “Maravillas del éxodo de Egipto”. “El canto gozoso y triunfal que acabamos de proclamar, evoca el éxodo de Israel de la opresión de los egipcios- explicó el Santo Padre. El cristianismo ha tomado el Salmo 113A con la misma connotación pascual, pero abriéndolo a la nueva interpretación que deriva de la resurrección de Cristo. El éxodo celebrado por el Señor se convierte, por ello, en imagen de otra liberación más radical y universal”.
Describiendo el recorrido temático y espiritual de esta composición, el Santo Padre subrayó que después de haber evocado el éxodo de Israel de la opresión de Egipto hasta la entrada en aquella tierra prometida, viene la proclamación de las obras maravillosas de Dios por su pueblo. “El Mar Rojo del éxodo de Egipto y el Jordán de la entrada en la Tierra Santa son personificados y transformados en testigos e instrumentos que participan en la liberación realizada por el Señor”. Al final del Salmo, se introduce otro acontecimiento significativo de la travesía de Israel por el desierto, el del agua que mana de la roca: “Dios transforma la roca en un manantial de agua, que se convierte en un lago: en el fondo de este prodigio se encuentra su cariño paterno hacia su pueblo.
El gesto tiene, por tanto, un significado simbólico: es el signo del amor salvífico del Señor que sostiene y regenera a la humanidad mientas avanza por el desierto de la historia.
Como es sabido, san Pablo retomará esta imagen y, basándose en una tradición judía, según la cual la roca acompañaba a Israel en su camino por el desierto, releerá el acontecimiento en clave cristológica: «todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo»”
(SL) (Agencia Fides 3/12/2003 Líneas: 32 palabras: 420)


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