EUROPA/ESPAÑA - EL PRESIDENTE DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LAS COMUNICACIONES SOCIALES: “EL COMUNICADOR CATOLICO DEBE ATRAVESAR LOS MUROS DE LAS DIVISIONES ENTRE LOS HOMBRES”

lunes, 19 mayo 2003

Murcia (Agencia Fides) – “El mundo actual no está tan ajeno a valores como uno pudiera suponer; si bien la búsqueda de sentido se desarrolla a veces por derroteros inconsistentes o vanos, ello no debe llevarnos a ignorar las inquietudes de nuestros contemporáneos; debemos leer en ellas los posibles signos de los tiempos a los que hemos de responder con particular diligencia”. Afirmó Su Exc. Mons. John P. Foley, Presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, en su intervención en el Segundo Congreso internacional sobre la “Iglesia y los medios de comunicación sociales católicos en el siglo XXI” desarrollado en Murcia (España) del 15 al 17 de mayo.
Mons. Foley, afrontando la delicada cuestión de la “comunicación ética” y “de la ética en la comunicación” afirmó: “Toda persona -con o sin un credo religioso-, si desea vivir su vida con hondura y no quedándose en su superficie, se plantea el marco ético de sus acciones, reflexiona sobre sus verdaderos motivos y también sobre las consecuencias de sus actos para él mismo, para los demás y para la sociedad a la que pertenece. Ello con más motivo si su labor se desenvuelve en el campo de la comunicación social, porque puede afectar a millones de personas”.
En nuestros días hay quien retiene que las comunicaciones sociales – por ejemplo Internet - deberían ser “un espacio sin límites para una libertad sin límites”. A este respecto Mons. Foley afirmó que la iglesia defiende la libertad de expresión como base de la convivencia democrática, pero en el espacio de la convivencia mediática es necesario la creación de legislaciones adecuadas y de códigos deontológico que regulen la vida de los medios de comunicación. Los deberes no se refieren pues solo a los comunicadores sino también a los usuarios que tienen el deber de discernir y de elegir. Toda la sociedad tiene el deber de “exigir a los medios un ejercicio de calidad, veracidad y respeto a la dignidad humana, especialmente la de los más débiles y desprotegidos”. Mons. Foley propuso después a Cristo Resucitado como modelo de comunicador.
-Para Cristo resucitado no hay barreras infranqueables. Así, el comunicador católico debe atravesar los "muros" de la división entre los hombres, no debe ser una persona de trincheras o de prejuicios
- El Señor acompaña al hombre en su camino, como hizo con los de Emaús, pero no queda preso de las pequeñas preocupaciones y horizontes humanos: al explicarles el sentido de los acontecimientos, les abre perspectivas de tal modo que desencadena en ellos la respuesta entusiasta para lanzarse a ser, ellos mismos, comunicadores de la resurrección.
- El perdón y la misericordia no impiden a Jesús decir la verdad -a veces incómodas- que impulsan a la conversión, pero en un clima de amor y de perdón.
- El Resucitado es fuente de esperanza y de alegría: así, actuar como "resucitados" en materia de comunicación social es también enfatizar buenas noticias, ofrecer ejemplos y testimonios positivos. (R.Z.) (Agencia Fides 19/5/2003 Líneas: 42 Palabras: 530)


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