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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Recoger el mayor número de datos informativos sobre los OGM, que podrán ayudar después a un discernimiento ético y pastoral”: esta es la finalidad que el Presidente del Pontificio Consejo Justicia y la Paz, Card. Renato Rafael Martino, ha destacado del Seminario de estudio que está teniendo lugar hoy y mañana (10/11 noviembre) en el Vaticano, en la sede del Dicasterio, con el tema: “OGM: ¿Amenaza o esperanza?”. Tomarán parte en él científicos, responsables de organismos internacionales como la FAO y la UNCTAD, de institutos de investigación y de academias científicas, así como representantes cualificados de asociaciones de productores y consumidores. Intervendrán además los ministros italianos de Política Agraria, de Medio Ambiente y Tutela del Territorio y de la Salud, en razón del semestre de presidencia italiana de la Unión Europea.
Abriendo los trabajos del Seminario y aludiendo a las presiones a las que también la Santa Sede ha sido sometida y a los diversos pasos de aproximación que se han establecido con los OGM, el Card. Martino afirmó que “la puesta en juego es alta y delicada, por las polarizaciones que dividen la opinión pública, por los contenciosos comerciales que existen a nivel internacional, por las dificultades para definir a nivel científico una materia objeto de investigaciones en rápida evolución y por las complejas implicaciones ético-culturales y ético-políticas”. Al comienzo de las reuniones el Cardenal se ha manifestado lleno de confianza en que el Dicasterio por él presidido, gracias a la contribución científica del Seminario y a la secular sabiduría de la Iglesia, podrá “encontrar, con equilibrio y en la verdad, un punto de síntesis útil y fecundo de bienes para los hombres de nuestro tiempo, sobre todo para los pobres”.
Refiriéndose a algún estupor o sorpresa ante la iniciativa del Pontificio Consejo, el Cardenal Martino puso de relieve que “se trata, también en este caso, de dar continuación a una exigencia profunda y esencial de la misión religiosa y moral de la Iglesia, la de iluminar con la luz del Evangelio todo lo que se refiere a la promoción del hombre y a la afirmación de su dignidad”. El purpurado concluyó remitiéndose al mandato bíblico para el hombre de dominar toda la creación, un dominio no despótico e insensato, sino consistente en cambio en “cultivar y custodiar” los bienes creados por Dios, esto es- como ha explicado el Presidente de Justicia y Paz- “intervenir, decidir, hacer, no dejar que la plantas crezcan por casualidad, potenciar y perfeccionar, para que se produzcan frutos mejores y más abundantes, ordenar, limpiar, eliminar lo que destruye o estropea”. (S.L.) (Agencia Fides 10/11/2003. Líneas: 34 - Palabras:463)
