VATICANO - EL PAPA BEATIFICA A LA MADRE TERESA: “CON EL TESTIMONIO DE SU VIDA, LA MADRE TERESA RECUERDA A TODOS QUE LA MISIÓN EVANGELIZADORA DE LA IGLESIA PASA A TRAVÉS DE LA CARIDAD, ALIMENTADA EN LA ORACIÓN Y EN LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS”

lunes, 20 octubre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El domingo 19 de octubre a las 10 horas el Santo Padre Juan Pablo II presidió la Concelebración Eucarística ante la Basílica Vaticana con ocasión de la Jornada Misionera mundial y procedió a la beatificación de la Sierva de Dios la Madre Teresa de Calcuta (1910-1997). “¿No es significativo que su beatificación tenga lugar precisamente en el día en que la Iglesia celebra la Jornada Misionera Mundial?” se preguntó el Papa en la homilía. “Con el testimonio de su vida, la Madre Teresa recuerda a todos que la misión evangelizadora de la Iglesia pasa a través de la caridad, alimentada en la oración y en la escucha de la palabra de Dios. Emblemática de este estilo misionero es la imagen que refleja a la nueva Beata mientras sostiene, con una mano, la de un niño y, con la otra, recorre la corona del Rosario.
Contemplación y acción, evangelización y promoción humana: la Madre Teresa proclama el Evangelio con su vida entregada por entero a los pobres, pero, al mismo tiempo, envuelta en la oración”.
En la celebración estaban presentes miles de peregrinos llegados de todas partes del mundo. Estaban también presentes una treintena de delegaciones oficiales, entre ellas, el Presidente de la República de Albania y de Macedonia y el Ministro de Justicia de la India. Según el deseo de las Misioneras de la Caridad, cerca del altar había unos 2000 pobres de los que ellas atienden, que fueron invitados al final de la celebración a una comida en al Aula Pablo VI. “Estoy personalmente agradecido a esta valerosa mujer, a quien siempre he sentido cerca de mí. Imagen del Buen Samaritano, ella se acercaba a cualquier lugar para servir a Cristo en los más pobres entre los pobres. Ni los conflictos ni las guerras lograban detenerla. De vez en cuando venía a hablarme de sus experiencias en el servicio de los valores evangélicos.... En las horas más oscuras se aferraba con mayor tenacidad a la oración ante el Santísimo Sacramento. Este duro trabajo espiritual la llevó a identificarse cada vez más con quienes servía a diario, experimentando la tristeza y hasta el rechazo. Amaba repetir que la mayor pobreza es no ser deseado, no tener a nadie que se ocupe de uno. Nuestra admiración a esta pequeña mujer enamorada de Dios, humilde mensajera del Evangelio e infatigable bienhechora de la humanidad. Honremos en ella a una de las personalidades más relevantes de nuestra época. Acojamos su mensaje y sigamos su ejemplo”.
Al termino de la Misa, introduciendo la oración del Ángelus, el Santo padre saludó a los numerosos peregrinos provenientes de Italia y Europa y de todo el mundo presentes en la Plaza de San Pedro e incluso en la via della Conciliazione. “Disponiéndonos ahora para el rezo del Rosario, recordamos que Maria Santísima fue siempre el modelo de la Madre Teresa, tanto en la oración como en la acción misionera. Que por la intercesión de la nueva Beata, la Virgen nos obtenga avanzar en el amor a Dios y al prójimo”. (S.L.) (Agencia Fides 20/10/2003 Líneas:41 palabras: 571)


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