Zacatecoluca (Agencia Fides) – “Le pido al Señor que me dé la fuerza en el momento adecuado para defender los derechos de Cristo y de la Iglesia. Morir mártir sería una gracia que no merezco. Lavar con la sangre derramada por Cristo, todos mis pecados, defectos y debilidades de la vida pasada, sería un regalo gratuito del Señor. Perdono de antemano y le pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte”. Es el testamento espiritual que nos ha dejado el misionero franciscano italiano p. Cosma Spessotto, OFM, asesinado en San Juan Nonualco (El Salvador) el 14 de junio de 1980. El 26 de mayo ha sido reconocido su martirio, por “odio a la fe”, con la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos, aprobado por el Papa Francisco.
Nació el 28 de enero de 1923 en Mansué de Treviso (Italia), en 1935 entró con los Franciscanos (OFM). El periodo de la formación filosófica y teológica coincidió con la segunda guerra mundial. Fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1948. Había madurado el deseo de ir a China o África como misionero, pero las solicitudes de sacerdotes que llegaban de América Central lo llevaron a El Salvador, donde llegó el 4 de abril de 1950 junto con dos hermanos de comunidad. Se le confió la parroquia de San Juan Nonualco, en el departamento de La Paz, que dirigió hasta su muerte, ganando la estima y el afecto de los fieles. En los años de la guerra civil salvadoreña, no dejó de denunciar las injusticias y atrocidades, ayudó a los enfermos y necesitados, recogió los cadáveres arrojados a las zanjas y los enterró, sin hacer distinciones. Su trabajo le costó varias amenazas de muerte. El sábado 14 de junio de 1980, mientras oraba antes de celebrar la Santa Misa, unos desconocidos lo mataron a tiros frente al altar principal de su parroquia.
“El reconocimiento del martirio ha suscitado grande conmoción y alegría, la comunidad católica en general ha expresado su grande alegría por tal notificación” explica a la Agencia Fides el obispo de la diócesis de Zacatecoluca, Su Exc. Mons. Elías Samuel Bolaños. “A pesar de que Fray Cosme Spessotto es poco conocido en algunos ambientes, sin embargo, al escuchar la noticia hubo júbilo general. En el mes de Marzo habíamos recibido la comunicación que el p. Rutilio Grande había sido declarado mártir también. La Iglesia católica de El Salvador siente el valor del martirio, como elemento de la vida cristiana”.
Sobre la fecha de la celebración de la Beatificación, el obispo recuerda que en la reunión de la Conferencia episcopal de enero se había examinado la posibilidad, en caso de que fuesen publicados los dos decretos, de realizar una única ceremonia de beatificación para los dos Beatos, invitando al Papa a presidir tal ceremonia. “En Febrero salió el decreto del P. Rutilio y en Mayo, de Fray Cosme Spessotto – explica a Fides el obispo -, ahora ya estamos seguros de su beatificación. A través del Nuncio hemos enviado una carta al Papa, pero todavía no tenemos respuesta. En la próxima reunión de la Conferencia Episcopal de El Salvador veremos cómo proceder. En primer lugar, tendremos que reunirnos con los representantes de las dos diócesis, para estudiar la logística e implementación de esta ceremonia”.
El padre Cosme fue asesinado hace ya 40 años, pero su recuerdo sigue vivo en la comunidad, como subraya a Fides Mons. Elías Bolaños: “En la Parroquia donde fue asesinado, se le recuerda muchísimo. La comunidad franciscana, cada 14 del mes durante el año pasado, estuvo haciendo encuentros parroquiales para darlo a conocer y difundir su vida. El p. Cosme Spessotto fue un fraile muy humilde, muy pastoral, muy entregado a su servicio pastoral a sus fieles, les visitaba siempre. Así se le recuerda: un sacerdote abnegado, generoso, cuidadoso de sus fieles, a quienes defendió de los ataques en los que eran acusados de izquierdistas, aunque no lo eran. Además, fray Cosme fue un hombre muy espiritual: un hombre de oración, muy lleno de amor por la Eucaristía. Así lo recordamos”.
(SL) (Agencia Fides 17/6/2020)