Huehuetenango (Agenzia Fides) – “Un mártir, excelente educador y defensor evangélico de los pobres y los oprimidos, que se convirtió en uno de nosotros y nos dio su vida”: así es como el cardenal José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá), en representación del papa Francisco, ha definido al hermano James Alfred Miller, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (FSC, Lasalianos), durante las celebraciones de beatificación que presidió el sábado 7 de diciembre, en Huehuetenango, Guatemala, en el lugar de su martirio.
James Miller nació el 21 de septiembre de 1944 en Ellis, un pequeño pueblo de Wisconsin, en el norte de Estados Unidos. Tenia un carácter alegre y realizado; era sencillo y entusiasta, lleno de energía, incansable en su trabajo. Asistió al Pacelli High School en Stevens Point, dirigido por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Allí fue donde escuchó la llamado a su vocación. Entró en los Lasalianos en 1959, realizó su profesión religiosa en 1969, y quisó ir a una misión. Fue destinado a Nicaragua, donde permaneció hasta 1980, demostrando sus habilidades, que fueron apreciadas por las autoridades civiles. Cuando el Presidente Somoza fue destituido, sus superiors le pidieron que regresara a los Estados Unidos. A principios de 1981, sus superiores aceptaron su regreso a la misión, pero lo enviaron a Guatemala, en la ciudad de Huehuetenango, al Centro Indígena La Salle, una escuela compuesta únicamente por niños del campo, muy pobres, del que se convirtió en Subdirector. En la tarde del 13 de febrero de 1982, mientras los muchachos de la Casa Indígena La Salle de Huehuetenango se preparaban para la celebración del carnaval, el Hermano intentó fijar una lámpara en la pared exterior de la casa. Apenas había comenzado, cuando tres personas llegaron desde una esquina de la calle. Uno de ellos le disparó en la garganta, el pecho y el lado derecho de su cuerpo. La muerte fue inmediata y nunca se supo quiénes fueron los asesinos. La misa de beatificación se ha celebrado en el campo de futbol de la misma Casa Indigena.
“La beatificación del Hermano James Miller es una gran alegría para los hermanos, colaboradores, estudiantes y todos los miembros de la Familia Lasaliana – escribe en su mensaje para la ocasión el hno. Robert Schieler, Superior General de la FSC -. Su asesinato fue un intento inútil de apagar la luz de Cristo y nos invita a recordar a los otros innumerables catequistas, campesinos, trabajadores pastorales, cuya vida fue cortada, porque trataban de despertar a las personas a la dignidad intrínseca de hijos e hijas de Dios. El hermano James trabajó duro por el bienestar de los jóvenes que se le fueron encomendados, especialmente los jóvenes en peligro”.
“La educación católica pertenece a la misión evangelizadora de la Iglesia" ha subrayado el cardenal Lacunza Maestrojuán durante la homilía de la beatificación, destacando que el proyecto y el trabajo del beato Miller “es un punto de referencia, tanto para la comunidad lasaliana como para todos los educadores cristianos". "El hermano Santiago - como era conocido-, a través de su trabajo pastoral por los pueblos indígenas y los más pobres de los pobres, era consciente de su dignidad, de sus derechos y de sus responsabilidades, por ellos desafió el sistema autoritario y ofensivo de aquellos que solo pensaban en sí mismos” (S.L.) (Agencia Fides 10/12/2019)